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Artritis reumatoide: síntomas y signos a los que debes prestar atención

La artritis reumatoide puede afectar a cualquier persona.

¿Llevas más de mes y medio con dolor e inflamación en las muñecas o en las pequeñas articulaciones de las manos o los pies, las sientes calientes y las ves enrojecidas? ¿Y aún no has ido a un médico? Es probable que tengas artritis reumatoide (o reumatoidea) y, si fuera así, la atención médica correcta y el tratamiento agresivo inmediato son necesarios.

La artritis reumatoide “es posiblemente la artritis inflamatoria autoinmune más frecuente que padece el ser humano”, explica el doctor Radamés Sierra, reumatólogo con más de 30 años de práctica clínica. Es una enfermedad crónica generalizada que provoca inflamación, dolor, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones y alrededor de estas. Se produce cuando el sistema inmunitario que protege a nuestro cuerpo no funciona de forma apropiada y ataca las articulaciones sanas por error causando enfermedad.

Cualquier persona puede padecer artritis reumatoide

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La artritis reumatoide “es una enfermedad que (principalmente) ataca a las personas desde los 30 a 50 años de edad, aunque puede haber una variante de personas mayores que la desarrolla. Tres mujeres por cada hombre la padecen, especialmente las mujeres parturientas o que son mamás. Tú sabes, que están criando”, dice el reumatólogo, Radamés Sierra Zorita con más de 30 años en la práctica clínica.

Persistentes los signos y síntomas

Las personas con artritis reumatoide se sienten muy enfermas. Sufren dolores intensos persistentes; desarrollan hinchazón e inflamación en las articulaciones; enrojecimiento y calor en las manos, las muñecas o los pies; rigidez matutina que dura más de una hora y les impide moverse fácilmente. Incluso, presentan sequedad en los ojos y la boca, pérdida de apetito, cansancio excesivo o fiebre baja.

¿Cuál es la causa de la artritis reumatoide?

Se desconoce la causa directa de la enfermedad. Sin embargo, factores ambientales, bacterias, virus o predisposición genética pueden ser clave en el desarrollo de la artritis reumatoide. También hay ciertos detonantes que pueden activar la enfermedad. Sierra menciona como ejemplo de los posibles detonantes: el estrés “en la gente que ha perdido el trabajo, la gente que se ha divorciado” y el tabaquismo.

El tabaquismo es el factor de riesgo ambiental más importante. De acuerdo con la Fundación Artritis, fumar aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide severa. De hecho, se ha demostrado que las personas que fuman tienen un riesgo 50 % mayor de no responder favorablemente a los tratamientos al inicio de la enfermedad en comparación con las personas que no fuman. “A la persona que fuma le va a ir peor con la artritis reumatoide”, certifica el doctor Sierra. Hay que dejar de fumar.

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