Por: Dra. Jeannette Vázquez, Psicóloga Clínica, especialista en Trauma. Presidenta del Comité de Manejo de Emergencia y Recuperación de la Cámara de Comercio de Puerto Rico.
Los adultos mayores forman parte del grupo poblacional más vulnerable luego de un desastre, junto a otras como menores, embarazadas, personas sin hogar, con condiciones médicas a nivel físico y emocional, entre otras.
Una situación de desastre como el Huracán Fiona puede originar un trauma emocional, diagnosticado como Trastorno de Estrés Post Traumático, mejor conocido como PTSD (por sus siglas en inglés) de forma simple o compleja. De forma simple es asociada con el evento, mientras que compleja se vincula con sucesos traumáticos anteriores no resueltos.
Adicional al PTSD, puede generar otros tipos de patologías o agravar las existentes.
Es una población que en su mayoría dependen de medicación para tratar sus condiciones, por lo que hay que preguntar a sus médicos si alguna de ellas altera los estados emocionales. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran ansiedad, depresión, cansancio, somnolencia, entre otros.
Vigile sus cambios de humor y comportamiento. El miedo, el llorar, el coraje es esperado. Recuerde que pueden vivirlo, sin afectar a los demás.
Recomendaciones para lograr calidad de vida, luego del paso del Huracán Fiona
El adulto mayor capaz
Para efecto de este artículo adulto mayor capaz lo vamos a definir como aquel adulto mayor independiente en sus funciones físicas, sin un compromiso emocional mayor al de poder manejar adecuadamente su vida en circunstancias cotidianas normales.
Manténgalo informado de cómo está toda la familia. Trate de que pueda realizar unas llamadas telefónicas.
Trate de mantener su pensamiento positivo. Para ello, verbalice desde la perspectiva afirmativa.
Ayúdelos a relajarse con música suave, respiración guiada donde tome aire, aguante contando hasta el tres y exhale contando hasta el seis. Trate de llevarlo imaginariamente a un lugar hermoso.
Sea mejor oyente que hablador. Deje que exprese sus vivencias pasadas, emociones, pensamientos, sin interrumpir o minimizar lo que diga. Mantenga el mismo entusiasmo de atención, aunque sea repetitivo en su narrativa.
No se ponga a llevarle la contraria o a discutir. Mejor sigue “la corriente” y añada lo que usted verdaderamente quiere conseguir. Ejemplo: “me parece interesante lo que dices, ahora vamos a hacer esto... ¿me ayudas, cuento contigo?”.
Haga que se sienta útil y necesaria su presencia. Muchos de los pensamientos que le llegan al adulto mayor es que lo saben todo o estorban en todo, en especial cuando lo ignoran.
Utilice el humor para amortiguar la vivencia de lo ocurrido.
Implemente mi técnica de la “Receta de 15 minutos”. Esto es, solo dedicar 15 minutos una vez al día para pensamientos negativos Donde usted se va a dar permiso para sentir y expresar esas emociones, así como sus pensamientos negativos. Cuando le llegue un pensamiento negativo durante el día, fuera de los 15 minutos, usted le va a ordenar al pensamiento que se quede para el siguiente día. En ese momento, sustituye inmediatamente el pensamiento negativo por uno positivo.
Trabaje el pensamiento negativo - ¿es real, imaginario, es solo un pensamiento o está cargado de emociones como el miedo?
Tome en cuenta la cultura del adulto mayor, la latina, en especial los que viven en Puerto Rico, son arraigados a sus pertenencias, bienes, al espacio de su hogar. Para ellos, no es “una simple casa” o “una propiedad” o “cosas u objetos”. Para ellos, es una vida, un cúmulo de experiencias, recuerdos, el libro de su vida, su hogar. Cada acción que se haga para preservar lo que tanto han trabajado y vivido les enaltecen su Alma. Limpiar, reparar algo que se haya roto, en vez de botarlo o regalarlo, es una acción sanadora que los ayuda significativamente en su recuperación.
La mayoría tiene necesidades físicas y económicas. Pude regalar, sin que lo pidan. Por ejemplo: si usted ya ha identificado que necesita dinero, puede regalarlo a escondidas u obsequiarles algo que necesiten como pañales, jabones, estufa de gas... son bendiciones. La mayoría van a verbalizar que “están bien, aunque necesiten”.
Invite al adulto mayor a que busque a una persona de confianza como confidente. Puede ofrecer que sea usted, pero no se sienta mal si selecciona a otro miembro de la familia o a un vecino o incluso, un profesional de conducta humana.
Recuerde siempre que la familia es el grupo de apoyo primario y vital para canalizar necesidades físicas y emocionales. El estar presente es más importante de lo que la mayoría de las personas piensa. Una llamada, una visita, aunque no quieran verlo, esté ahí.
Trate de no tomar personal las altas y bajas de un adulto mayor. En vez de discutir, escuche, ignore frases...
Abrazar con amor es la mejor medicina. Otorgue el abrazo físico, pero también el abrazo de palabras, tono de voz y acción positiva.
El adulto mayor encamado o con impedimento físico
Muchos de ellos presentan algún tipo de impedimento físico, más no mental. Tome en cuenta eso para atender esta situación de emergencia.
Preste atención, háblele en voz suave, verbalizando la situación real y que tiene todo bajo control
Deje que exprese sus emociones y escúchelo, más que hablarle.
Manténgalo informado
Implemente técnicas de relajación donde usted participe con ellos al hacerlo. Utilice la imaginación para transportarlo a “su lugar bonito”.
El adulto mayor con algún compromiso emocional o trastorno psiquiátrico
La mejor recomendación es que consulte con su psiquiatra y psicólogo, pero también puede… Vigilar sus estados de cambio de ánimos.
Para mantenerlos tranquilos trate de mirarlos fijamente a los ojos y verbalizar tranquilamente que usted tiene el control de la situación la cual es pasajera. Puede implementar algunas de las estrategias antes recomendadas.
Si se descontrola, puede recurrir a llamar a su proveedor de servicios o a la Línea PAS para Emergencias de Salud Mental de ASSMCA 9-8-8 o visitar un centro hospitalario.