Las personas que tienen mascotas suelen preocuparse mucho por ellas, pero tenerlas en casa puede conducir a una peor calidad del sueño, según un nuevo estudio.

Un artículo publicado en la revista Human-Animal Interactions de CABI revela que tu adorable perro o gato puede hacerte pasar noches más intranquilas. Dirigido por la Dra. Lauren Wisnieski, de la Universidad Lincoln Memorial de EE.UU., el trabajo se centró específicamente en la tenencia de mascotas en el país y se basó en datos recogidos por el National Health and Nutrition Examination and Surveys.

Este estudio transversal se propuso determinar si existe una asociación entre la tenencia de perros y gatos y la calidad y los trastornos del sueño, teniendo en cuenta aspectos como los ronquidos, los despertares nocturnos, la necesidad de somníferos y los movimientos bruscos de las piernas.

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Los investigadores crearon modelos de regresión logística multivariable que también incluían factores relacionados con la calidad del sueño, como no sentirse descansado, sentirse somnoliento, no dormir lo suficiente, tardar más de 15 minutos en dormirse y dormir menos de seis horas de media.

En los análisis descriptivos, los propietarios de perros o gatos presentaron una mayor prevalencia de problemas y trastornos del sueño en comparación con los no propietarios.

“Por un lado, los perros y los gatos pueden ser beneficiosos para la calidad del sueño de sus dueños debido al apoyo social que proporcionan: las mascotas ofrecen una sensación de seguridad y compañía, lo que puede traducirse en una mejora de los niveles de ansiedad, estrés y depresión. Pero, por otro lado, las mascotas pueden alterar el sueño de sus dueños”, concluye Wisnieski.

Metro habló con el experto para saber más.

“Si tiene problemas de sueño, podría considerar restringir el acceso al dormitorio por la noche o encerrar a su mascota por la noche”.

—  Dra. Lauren Wisnieski, profesora adjunta de Salud Pública, Investigación y Afiliación de la Universidad Lincoln Memorial de EE.UU.

Diferencias entre tener perros o gatos relacionadas con el sueño

La investigación descubrió que existen diferencias entre la forma en que los perros y los gatos pueden afectar al sueño:

Perro

-Mayor prevalencia de problemas de sueño;

-Trastornos del sueño;

-Apnea del sueño;

-Sensación de falta de descanso;

-Sensación de sueño;

-No dormir lo suficiente;

-Necesidad de somníferos;

-Temblor de piernas.

Gatos

-Aumento de los ronquidos;

-Problemas de sueño;

-Problemas para conciliar el sueño;

-Sueño insuficiente;

-Temblor de piernas.

Entrevista

Dra. Lauren Wisnieski,

profesora adjunta de Salud Pública, Investigación y Afiliación de la Universidad Lincoln Memorial, EE. UU.

P: ¿Cómo se le ocurrió la idea de investigar la relación entre la tenencia de mascotas y los problemas de sueño?

- En realidad empezó como un proyecto de clase. A mi alumna, Kayla Medlin, se le ocurrió este tema por su propia experiencia personal con su perro, que la despertaba por la noche.

P: ¿Cómo estudiaron esta relación?

- Utilizamos datos ya recogidos en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Esto demuestra el valor de ahorrar recursos utilizando datos ya existentes para responder a nuevas preguntas. La encuesta recogía información sobre la tenencia de animales de compañía y la calidad del sueño, además de muchos otros datos sobre la salud.

P: ¿Cómo afecta la tenencia de un animal de compañía a la calidad del sueño?

- La encuesta no recogía información sobre la naturaleza de las alteraciones del sueño, por lo que no se puede determinar una asociación causal entre la tenencia de mascotas y una peor calidad del sueño a partir de estos resultados. Sin embargo, se puede especular que uno de los factores es que la mascota ocupe espacio en la cama o se levante por la noche. Las mascotas también pueden causar interrupciones al vocalizar durante la noche.

P: ¿Hay alguna diferencia entre tener un perro o un gato a la hora de dormir?

- Descubrimos que tener un perro se asociaba a padecer un trastorno del sueño y a tener problemas para dormir, mientras que tener un gato se asociaba a sacudidas de las piernas. Una posible razón de las diferencias en los resultados entre los propietarios de gatos y los de perros podría ser la naturaleza crepuscular de los gatos. Son más activos al amanecer y al atardecer y es menos probable que compartan el mismo horario de sueño que sus dueños y, por tanto, menos probable que duerman con ellos por la noche.