Los movimientos involuntarios en el cuerpo, mejores conocidos como Corea, hacen alusión a un síntoma neurológico que acompaña diferentes enfermedades; su origen etimológico proviene del griego choreia, que se traduce como danza.
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Como tal, la corea no es una enfermedad sino una condición o síntoma. “Se refiere a movimientos involuntarios y bruscos, producidos principalmente en las extremidades y cara. Sin embargo, también puede tener efectos en el torso y conllevar efectos peores”, comunicó National Institute of Neurological Disorders and Stroke.
Causas de movimientos involuntarios
Aunque hay varias causas, hay una razón principal, esencial, de esta condición: la presencia de lesiones en el cerebro, habitualmente en el núcleo caudado y putamen; dicha acción se vuelve impredecible pero no siempre se ven afectadas las mismas zonas. Los movimientos suelen cambiar de un lugar o de una zona a otra.
Tal como se había mencionado, la corea responde a patologías, las cuales según sean su complejidad son más o menos graves; la condición podría llegar a ser temporal o momentánea. Incluso, se alarga y empeora con el paso del tiempo, específicamente.
“Los síntomas iniciales son tics nerviosos o una agitación excesiva. En ese punto los movimientos no son incómodos, pero a medida que avanza el cuadro, empiezan a ser más frecuentes, intensos y peligrosos”, manifestó con énfasis La Clínica Universitaria Navarra.
Huntingt
En pocas palabras, se requiere un gen defectuoso para que haga presencia, es decir, puede aparecer en el contexto de numerosas patologías, sobre todo en la actualidad. Por su parte, se suelen clasificar en función de si son adquiridas o hereditarias, precisamente. Dentro de las hereditarias, la principal causa es la enfermedad de Huntingt.
También, aparece como complicación de la fiebre reumática. Esta, a su vez, es una complicación derivada de una infección de una bacteria (estreptococos del grupo A), subrayó.
