Nada es permanente, es un hecho en la vida. Desde pequeños aprendemos que las flores se marchitan después de un tiempos, que después de la tormenta sale el sol y que las personas que nos rodean, tarde o temprano mueren.
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Conforme vamos creciendo, se convierte en algo más común y cercano; tratamos de encontrarle sentido a esto y aunque quizá nunca lo logramos del todo, tratamos de recuperar el aliento de diferentes formas.
Es así como surgen diferentes creencias, algunas que vienen de tradiciones ancestrales y otras propias que nos hacen creer que nuestros seres queridos que ya han partido, siguen a nuestro lado aunque no sea físicamente.
Desde tiempos antiguos se ha creído que los colibríes y las mariposas son mensajeros espirituales que se acercan a nosotros para confirmar que nuestra persona amada está bien. Sea verdad o no, nos da cierto alivio pensar que es así.
Los arcoiris por su parte, también nos dan señales divinas que no hay que pasar desapercibidas, especialmente si estás teniendo un momento difícil para superar la pérdida .
De acuerdo a la creencia popular, los arcoiris son señal de que nuestro ser querido ha llegado con bien al cielo.
Pero por más que nos preparan para las despedidas, nunca es fácil de procesar. He ahí donde los colibrís se vuelven criaturas fantásticas en la creencia popular.
Hay muchas formas en las que los seres humanos hemos tratado de convencernos de que la muerte no es el final y que eventualmente nos reuniremos con esos seres queridos que ya no están en el plano terrenal.
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Nuestros antepasados relacionaban a estas aves con el equilibrio en la naturaleza, además de ser mensajeros divinos, portadores de amor y buenas noticias.
La muerte y los arcoíris están ligados de cierta manera ya que, al igual que los colibríes y las mariposas, nos dan señales del mundo espiritual.
¿Qué tienen estos destellos de color brillantes y delgados que nos recuerdan a nuestros seres queridos que nos han precedido?
La canción de Vicki Brown, “Look For Me in Rainbows” habla justamente sobre la conexión de los arcoiris con una persona que muere.
Es hora de que me vaya ahora
No voy a decir adiós
Búscame en arcoíris
Alto en el cielo
Al atardecer
Cuando todo el mundo haya terminado
Solo buscame y amame
Y estaré cerca de ti
No será para siempre
Llegará el día y luego
Mis brazos amorosos te sostendrán
Cuando volvamos a comer
No hay una solución rápida para el dolor que viene con una pérdida pero creer en estas historias, por más fantásticas que sean, nos da cierto alivio en el corazón. Pensar que esa persona que ha trascendido se presenta como un colibrí, es un respiro para el alma.
Ver arcoíris significa que su ser querido está jurando que nunca te dejará, que siempre estarán ahí para ti en momentos de necesidad y momentos de celebración. Ellos siempre te cuidarán. Así que presta mucha atención al cielo la próxima ves que estés en busca de un consejo o un abrazo de esa persona que ya no está.
La muerte es permanente, no puedes volver el tiempo atrás. Puedes creer en la vida después de la muerte y puedes creer en la reencarnación, pero algo más poderoso sucede cuando la imagen de ese ser querido sigue presente en tu día a día a través de sus enseñanzas.
De pronto te vuelves más consciente de la muerte, y poco a poco vuelves a respirar. Con los días, te vas liberando de la pesadez de su ausencia y aprendes a sonreír.
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