El perro más viejo del mundo celebró recientemente su 31er cumpleaños, según el Guinness Book of World Records.
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Bobi, un Rafeiro do Alentejo, una raza portuguesa, celebró durante una fiesta el sábado en su casa ubicada en el poblado rural portugués de Conqueiros, donde ha pasado toda su vida.
Más de 100 personas acudieron a la “muy tradicional” fiesta portuguesa, dijo su dueño, Leonel Costa.
El menú incluyó carnes y pescados locales para los 100 invitados, y un extra para Bobi, quien sólo come comida para humanos. Un grupo de danza también se presentó y Bobu participó en una de sus rutinas.
Costa ha tenido varios perros que han alcanzado edades avanzadas, incluida la madre de Bobi, Gira, quien llegó a cumplir 31 años. Sin embargo, Costa nunca imaginó que alguno de sus perros superara los 30 años.
“Vemos situaciones como esta como un resultado normal de la vida que han tenido, pero Bobi es único”, dijo Costa.
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Uno de los principales factores que contribuyen a la longevidad de Bobi es el “ambiente tranquilo y pacífico” en el que vive", según Costa.
A lo largo de su vida, Bobi ha deambulado con toda libertad por los bosques que rodean la casa de Costa. Nunca ha estado encadenado ni llevado en correa.
El “sociable” perro nunca estuvo solo porque creció rodeado de muchos otros animales, declaró Costa.
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En los últimos años, Bobi ha tenido problemas para caminar, por lo que prefiere pasar el tiempo en el patio de la casa. Su vista se ha deteriorado, por lo que a menudo tropieza con cosas cuando camina. Al igual que los humanos de edad avanzada, Bobi duerme mucho. Se acuesta en cama inmediatamente después de comer, aunque en los días fríos elige tomar su siesta junto a la fogata, comentó su dueño.
El Servicio de Medicina Veterinaria del Municipio de Leiria confirmó la fecha de nacimiento de Bobi, el cual fue registrado en 1992.
Su edad también fue verificada por SIAC, una base de datos para mascotas que cuenta con autorización del gobierno portugués y es administrada por el Sindicato Nacional de Médicos Veterinarios.
Costa, de 38 años, tenía apenas 8 años cuando nació Bobi. Para él, Bobi es un recordatorio viviente del pasado, señaló.
“Bobi es especial porque verlo es como recordar a las personas que fueron parte de nuestra familia y que desafortunadamente ya no están aquí, como mi padre, mi hermano, o mis abuelos, que ya dejaron este mundo”, señaló Costa. “Bobi representa a esas generaciones”.