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Boricua lleva su “Materia prima” a Brasil

La artista se destaca por sus esculturas orgánicas, totémicas y activadas por luz e instalaciones ambientales monumentales

Suministrada
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La renombrada artista puertorriqueña Gisela Colón, radicada en Los Ángeles, California, va trazando su ruta de éxito en el arte contemporáneo a nivel global.

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Colón se destaca por sus esculturas orgánicas, totémicas y activadas por luz e instalaciones ambientales monumentales que exploran las subjetividades de la percepción humana y desafían a los espectadores a experimentar la transformación en tiempo y espacio real.

En su agenda inmediata sobresale la exhibición individual “Materia prima”, del 21 de marzo al 3 de junio, en el Museu Nacional da República en Brasilia, Brasil, con sus obras de arte ecofeministas que abordan preocupaciones ecológicas, cósmicas y universales.

“Materia prima” marca su primera presentación en el país sudamericano.Organizada por el curador independiente Simon Watson y la directora del Museo Nacional, Sara Seilert, la exhibición de tres partes comenzará afuera del recinto, donde Colón mostrará uno de sus monumentales “monolitos parabólicos” de fibra de carbono, una forma que ha incorporado en las intervenciones de Land Art, en sitios alrededor del mundo.Creado específicamente para Brasilia, el monolito Plasmatic: The Fourth State of Matter (Parabolic Monolith Oxygen) de 25 pies de altura hace referencia a historias coloniales colectivas latinoamericanas, al mismo tiempo que responde a la arquitectura arquetípicamente modernista del sitio de Oscar Niemeyer.

Colón emplea la palabra “plasmático”, refiriéndose al cuarto estado de la materia, bajo una presión intensa y sobrecalentada, como metáfora para describir la experiencia latina.También este año, presentará “Materia Prima del Caribe: Viajando A través del Tiempo con Luz, Carbón, Balas, Tierra, Agua, y Sal”, un proyecto de intercambio colaborativo para La Bienal de la Habana, Cuba.Colón ha exhibido internacionalmente en Estados Unidos, Europa, Egipto, Medio Oriente y América Latina.

Las exposiciones públicas destacadas incluyen “The Future is Now” para la Bienal de Land Art, Desert X AlUla (Arabia Saudita, 2020), “Forever is Now” (Egipto, 2021) presentando un monumento específico en el sitio en las Pirámides de Giza, un hito de la UNESCO que data de hace 4.500 años, “Godheads - Idols in Times of Crisis” en el Bosque Oude Warande (Países Bajos, 2022), “One Thousand Galaxies of Light (Starfield)” una instalación de luz inmersiva en el río Wadi Hanifa, Riyadh, Arabia Saudita (noviembre de 2022), y también, “If The Walls Could Talk / Reclaimed Stones: Foundations of Civilization, Past, Present, Future” en el Sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO, la Ciudadela de Saladino, El Cairo, Egipto (octubre de 2023).Recientemente, el trabajo de Colón fue destacado en la exposición histórica de la Encuesta del Condado de Los Ángeles de Arte Luz, Espacio, Superficie: Arte del Museo de Arte del Condado de Los Ángeles en la Galería de Arte Americano Addison, Andover, Massachusetts (2021-2022), y el Museo de Arte Frist, Nashville, TN (2022).

A partir de sus años de formación en Puerto Rico, Colón fue pionera en un lenguaje de “minimalismo orgánico” empleando como material fuente la energía de la tierra, memorias biológicas ancestrales y conceptos de tiempo, gravedad y universalidad fuerzas de la naturaleza. El proceso de Colón de estratificar y apilar materiales del siglo XXI, como acrílicos ópticos, fibra de carbono y estratos de materia recolectados de zonas geográficas y sitios liminales de su vida, narra su compleja historia como artista puertorriqueña de la diáspora.

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Su obra creativa investiga y amplía la historia de la teoría del color mediante el desarrollo de un método de produciendo una experiencia prismática de luz sin el uso de pintura, lo que ella llama “color estructural”.Como vasijas de color estructural, las esculturas de Colón presentan un “espectro de color fluido”, una función de la refracción de la luz sobre la estructura, superficies tal como se manifiestan en el mundo natural. El uso que hace de formas geométricas asimétricas y “humanizadas” encarna características de la vida orgánica, cambiando y transformando sus cualidades físicas dependiendo de los factores ambientales y la posición del espectador, facilitando una experiencia perceptiva única del color como luz en tiempo real.Los monolitos de Colón (formas totémicas altas, independientes) en sus evocaciones de formaciones geológicas terrestres, fenómenos cosmológicos y las geometrías aerodinámicas de las herramientas de vigilancia y guerra, representan una mediación formal de los elementos dispares de su existencia diaspórica.

La forma monolítica evoca balas, proyectiles y misiles, por lo que recuerda la tensa historia del colonialismo militarizado en el Caribe en general, y las complicadas experiencias personales del artista con la violencia armada en particular.Para Colón, el monolito en su altísima verticalidad también hace eco de los impresionantes picos montañosos de Puerto Rico. El Yunque y la Cordillera Central, como una fuente duradera de materia prima. En sus manos, la violencia del proyectil queda subsumida en la forma primitiva y enigmática de la montaña en un acto decolonial de curación transformadora.

A través del monolito, Colón transmuta formas de violencia, desplazamiento y muerte en vasos de curación, luz y vida, reconfigurando historias enredadas en un lenguaje universal.

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